Quiero decirte en locas y humildes frases
lo que siento por ti mi diosa de ensueños.
Odaliscas ya tocan rítmicos compases
y las hadas te cumplen caprichos pequeños.
Hoy Psiquis y Helena en su plectro divino,
me dicen que envidian tu dea belleza
de golondrina blanca y de mórbido trino,
que dulce y que diáfana inspira rareza.
Un viajero de Oriente jamás ha encontrado
como tú tan preciosa, marfil, perla o rosa,
o que el rey en su alcázar me lo haya callado;
mas por eso eres tú, tan pura y hermosa.
Decidme, oh mujer de mis sueños eternos,
si te agradan mis versos azules y locos,
que tu amante te envía en los tiempos modernos
donde vates y liras abundan muy pocos.
¡Violenta pasión! Brilla la luz alma de oro
mientras mi pluma cesa su ardiente camino;
sobre blando papel divino y sonoro
de escribir nuestro amor de arrebol cristalino.
Managua, Nicaragua
octubre 09, 1992
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