El aroma del viento que atormenta mi ser
y el frío de mi alma cual la triste poesía,
en mi mente azotaba la miseria de ayer,
en donde tus manos vi, llenar de fantasía.
Esperando ese día en tormenta perversa
y con el viento fugaz de perderte otra vez;
en mi locura veo, el corazón que conversa
con tu voz matinal de embeleso y sensatez
que en agonía maldita te deseo amar
y en silencio murmullo te quisiera besar,
donde el lirio falaz y de burla ambrosiana,
me recuerda que no soy tu dueño... ¿Dime oh sueño?
que en quimera pasión no deseo el ensueño,
pues el tiempo acabé en mi poesía vana.
San José, Costa Rica
enero 25, 1991
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